LA SANGRE QUE FALTABA
Con los ojos de la niñez,
ignoro qué fuego hay también en el cielo.
Encuentro en la monotonía de un amor pequeño,
la anatomía de un animal salvaje,
enfurecido por la nebulosa locura
que hay en los encierros.
Ni tú, ni yo, ni él, escalamos
indecisos los rincones del tedio,
que tiene un alma solitaria,
y oculta toda furia, cayendo
en sus mejillas con máscaras.
No reconozco que el amor fue
la clínica donde castraban
a los niños recién nacidos,
para que no sea posible ver
crecer el oro en las espigas,
y las señales buscaban en las venas,
la sangre que faltaba.
Lucía Serrano
SIN CIELO
Milagrosa flor de otoño
que nació en primavera,
fresca como el silencio,
adormecida como el tiempo.
Extraños pensamientos
todos del dolor,
un mundo frágil e incierto
para vivir sin nadie.
Sombras todas de los sueños
y rostros pálidos
ruedan y caen
directo al precipicio,
sin cielo.
Lucía Serrano
AÚN LO AMO
Vivencia sensible y súbita
trayecto del amor.
Cuerpos atemorizados,
juntos descubrieron la pasión.
Compartir la ambigüedad de los deseos,
un desafío, casi un dolor.
En nuestras márgenes,
aprendimos del ímpetu del amor.
Es por eso que aún te amo,
para siempre, sin temor.
Norberto Demarco
LA MUERTE
Ella es el silencio.
Escritura antigua de sangre y lamentos.
Nacemos de una muerte que ama.
Aprendimos sus rodeos.
Futuro del ocaso,
salvado por la memoria,
creación artística,
palabra que nunca muere.
Norberto Demarco
AÑORANDO AMOR
Mordí corazón,
todo era tristeza,
sabor amargo;
oscuro.
Así pude andar,
invisible,
sintiendo nada.
Desaparecí.
Entumecidas manos,
lejos el teclado,
ajeno a las plumas,
al vuelo, a la vida.
Camuflado para la ocasión,
transeúnte entre cuerpos,
añorando amor.
Ricardo Guimaraynz
EL CÍRCULO
En la tranquera de la vida
el que entra, solo tiene
que tirar para adelante
como pueda, hasta que
el resuello nos permita
disfrutar los pequeños
placeres y soportar el resto.
Hay final anunciado
piadoso, incomprensible,
sin retorno.
El Maestro nos protege
y allá vamos todos,
mortales insignes o
de los otros,
hacia el mismísimo
pináculo de la nada.
Edgardo D´Alvia
ESTRELLA DEL ASFALTO
Los caminos, pueden
a su modo
serpentear,
ondearse levemente
formar la rectas más perfectas.
Consiguen, sin proponérselo,
llegar a alguna parte
o a ninguna…
paradoja del ir, del irse.
Logran, aún en tramos pequeños,
certezas de llegada, de partida
o de final incierto.
Más...
nada vela a la estrella del asfalto,
que empeñada en iluminar alguna senda,
brilla necia,
para que otros se pierdan.
Motivo por el cual,
la esquivo sistemáticamente
no vaya a ser que tanta luz,
me ciegue,
o me pierda para siempre.
Nora Cóliva
PARA NO MORIR
Me levanté y...
al apuro del mate en las mañanas,
le agregué regar las plantas,
lavarme el pelo,
ordenar los documentos.
Ordené en mi cabeza el sábado
el domingo y la semana,
anticipé apuros
cansancios y los ruegos
Me vestí de blanco, de negro,
de naranja,
recordé el chal rosa pálido
en mi cuello.
Imágenes que acompañan,
lo necesario
para no morir.
Nora Cóliva
PARA NO MORIR
Para no morir,
ansío desprender la tristeza,
disfruto de la ducha matinal
de la pureza del agua
me alienta el canto del pájaro vecino
la voz de mi madre por teléfono
con su tierna locura.
Para no morir
huelo
el perfume del jazmín en el jardín
las rosas, el romero, la lavanda.
Para no morir
miro
la trepadora del muro
avanzando sin permiso alguno
el azul del cielo
el verdor en los árboles
entre las sonrisas de mis hijos.
Para no morir
comparto
una charla con una amiga
un viaje al Tigre
el calor del sol.
Para no morir
pienso
siento
lo mucho que me dio la vida
lo poco que necesito para ser feliz.
Graciela Jara
ARRASTRANDO IMPUREZAS
Gotas de agua
apresuran su caída
arrastrando impurezas.
Caen una a una
se deforman
se buscan
se encuentran en silencio.
Con disimulo se agrupan
formando un hilo de agua
que unido a otro y otro más
se mueven lentamente,
con perseverancia
hacia la inmensidad del mar.
Donde esperan
con infinita paciencia
ser elevadas nuevamente
para volver a caer.
Y así
una y otra vez
cumplir con su destino
el de arrastrar impurezas.
Graciela Jara
¿QUÉ GENIOS TE INSPIRARON?
Fueron las almas apenadas, por tristes campanarios.
Las luces ciegas del olvido.
Los ríos eternos degradados.
Sombras de un destino arrebatado.
Caminos sinuosos del silencio.
Fueron las masacres inútiles de hermanos,
el intento de perpetrar sentido.
Fueron manos, que te tocan y te besan
y te escriben en sueños donde no hay peligros gracias al amor.
Fueron, esos genios que iluminan los pantanos,
bravío mar del desconsuelo de las guerras.
Fueron, la negrura blanca del núcleo de tus ojos ambarinos,
el sol, la luna y las estrellas.
Y tu voz, tu voz, que entre susurros,
siempre derramó la luz exacta de un destino alucinado.
Jorge Montironi
LA MUERTE, UN ESPECTÁCULO ÚNICO
Destino indescriptible
de un sol que se apaga
al ritmo de toda estrella.
El fin de los caminos
devela un espectáculo único.
Rincón desconsolado,
un alma inquieta
entre sombras.
Refugio de una distracción
que a lo lejos encierra
la incertidumbre de los vivos.
Pétreo desliz del caminante,
aguardando las vidas del futuro.
Imagino un sinfín
de espíritus alocados
por el encuentro eterno.
Mezcla de saberes y ensueños
empapados de algarabía
del volver a vernos.
Allí en la tierra
éramos tan felices,
que nunca quisimos separarnos.
El amor se pareció, entonces
a la muerte,
nos unió para siempre.
Jorge Montironi
viernes, 19 de agosto de 2011
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