Ya es la hora:
No puedo,
ni quedarme a tu lado…
ni llevarte conmigo.
Sé que más fácil, para ti, quedarte
-pañuelo en el umbral atardecido,
monograma de lágrimas apenas
donde se empañan el ángulo de tu vidrio-
Es tu oficio quedarte,
y partir…es mi oficio.
Desde siempre fue así.
Tú esperas algo
que alguna vez te entregará el camino.
Yo…peregrino coronando lamas
-para ver qué hay detrás-
y, el peregrino
jamás ha de quedarse porque quiera.
Algo tiene que atarlo hasta el olvido
del sueño imponderable que lo lleva
para saber al fin, que su destino
era hallar…ese nombre; esa sonrisa;
ese pequeño gesto; ese suspiro!
Si fueras tú, yo sé que si tú fueras,
sobre tu seno tibio
reclinada la sien, me quedaría
fatigado y tranquilo,
consolado y seguro
…como cuando de chico.
A un solo gesto tuyo, olvidaría
que es hora de partir…y yo no olvido.
Sé muy bien que es la hora, y que no puedo
ni quedarme a tu lado
…ni llevarte conmigo.
Podrías detenerme si se que fueras
y aquí, por fin, mi asilo,
asomado a tus ojos quedaría
como un sauce a un remanso pensativo…
Pero no puedes, lumbre.
Pero no puedes sitio.
Pero no puedes, techo,
lecho, aguja, dedal, lámpara, vino,
mujer!
Tu no consigues
detenerme…y prosigo.
De nuevo me reclaman
lejanos horizontes desvalidos…
Porque aprendí del agua
mi canto y mi destino,
he de ser como el agua;
y he de andar mal herido,
desflechando en zarzales,
despeñado en abismos,
dudando entre ser nube,
lluvia, lágrima, río…
u hombre; tan desolado!
hombre; tan dolorido!
Hombre. Tan sin respuesta
para el Fin y el Principio!
Podrías detenerme si es que fueras…
Y aquí, por fin, mi asilo,
asomado a tus ojos quedaría
como un sauce a un remanso pensativo.
Pero sé que no puedes…
-Aunque a veces me digo
que ese pequeño gesto de ternura
pudiera ser el sueño que persigo…-
Mujer…
Si yo pudiera
ser como era al principio…
Entonces,
demoraba los pasos, sorprendido
por la curva de un vuelo,
por el canto de un nido,
por la estrella de un charco,
por el pulso de un grillo…
Si hasta una flor, entonces,
me cerraba el camino!
Pero ahora….
No puedo.
Me alejo de tus labios, como un grito.
Me arranco de tu tierra, como un árbol
y me voy de tus ojos, y te digo:
-mi juventud perdóname, no puedo…
ni quedarme a tu lado, no llevarte conmigo.-
Osiris Rodriguez Castillos
domingo, 14 de noviembre de 2010
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¡¡Por Dios qué belleza!!
ResponderEliminargracias por compartirlo :)
abrazo
Hola Mariluz!
EliminarTe invitamos a que nos sigas en nuestro nuevo blog: www.verdoresdetigrei.blogspot.com.ar
Un abrazo!
Verdores de Tigre