viernes, 3 de diciembre de 2010
CARILDA OLIVER LABRA
De paso por el sueño
III
Mi corazón de vértigo y remanso,
mi corazón difícil como un nudo
se me zafó una tarde en que no pudo
cuidarse este latido que te alcanzo.
Porque llegaste al aire en que me canso,
amaneciendo mi dolor desnudo,
te quiero así: con amarillo mudo,
inútilmente, y hasta e! tiempo manso.
Me trajeron tan lacia y parecida
a una estatua de carne arrepentida,
que apoyada a la izquierda de tu nombre,
desde mi soledad, casi sonora,
cada noche que estudia para aurora
te espero como a Dios... y vienes hombre.
(enviado por Nora Cóliva)
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