miércoles, 28 de enero de 2015

JOSÉ MARTÍ

HOY 28 DE ENERO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE JOSÉ MARTÍ HACE 162 AÑOS NACIA EL POETA CUBANO DE ORIGEN ESPAÑOL, CREADOR DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO CUBANO

EL RAYO SURCA, SANGRIENTO

El rayo surca, sangriento, 
El lóbrego nubarrón: 
Echa el barco, ciento a ciento, 
Los negros por el portón. 

El viento, fiero, quebraba 
Los almácigos copudos; 
Andaba la hilera, andaba, 
De los esclavos desnudos. 

El temporal sacudía 
Los barracones henchidos: 
Una madre con su cría 
Pasaba, dando alaridos. 

Rojo, como en el desierto, 
Salió el sol al horizonte: 
Y alumbró a un esclavo muerto, 
Colgado a un seibo del monte. 

Un niño lo vio: tembló 
De pasión por los que gimen: 
¡Y, al pie del muerto, juró 
lavar con su vida el crimen!

Lee todo en: El rayo surca, sangriento - Poemas de José Martí http://www.poemas-del-alma.com/el-rayo-surca-sangriento.htm#ixzz3QAyqL4na

POR ÚLTIMO

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Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado ciertos hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.
Haber estado, haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.
No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.
No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden, 
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.
No importa haber interrumpido
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin,
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien
en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos).
No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,
ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que estos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada
que acecha tanta maravilla.
Raúl Gustavo Aguirre

domingo, 11 de enero de 2015




POEMAS DE LEANDRO BRISCIOLI – DICIEMBRE 2014

(en este último mes del año, con el cierre del trabajo realizado por el grupo de escritura Tigre, hemos recibido la visita de Leandro Briscioli, residente en España-Madrid, quien ha compartido el espacio, con la tarea de escribir estos poemas para el grupo, gracias Leandro, satisfechos demás con tu presencia y el maravilloso cierre con una mini fiesta para brindar juntos, escuchando tu guitarra, tu voz y la de Patricia Dizanzo, GRACIAS A TODOS, VAMOS POR EL PORVENIR y muchas publicaciones más....los abrazo con amor a todos, también a nuestros seguidores y sus comentarios que tanta alegría me dan, la coordinación LUCIA SERRANO

MAÑANA SERA OTRO DIA

Amanece la furia veloz de algún delincuente perdido,
el sol entrador sus huesos
y estalla en su corazón enrojecido,
olvidado por lo que nunca paso.

Voraz entre tinieblas,
deslumbra los acordes disonantes
del arrabal oscuro y penetrable.

El, camina sin mirar,
los pensamientos que invaden su decir
donde el es incuestionable
y va con dirección ninguna
hasta su muerte,
el escenario perfecto de todos sus encantos.

Cuando se declara,
alguna sirena aturdida siempre cae.

Los ecos de su devoción,
transpiran ocres malditos
en alguna canción que descansa suelta por ahí.

Hoy o ayer,
Siempre estarán ligados a lo que no paso y mañana,
mañana será otro día.

LEANDRO BRISCIOLI

VOY A ENTRAR

Inesperado abismo,
caigo y me desordeno
en la sangrante colisión humana
del desierto.

Quiero ser alquimia, átomo, pólvora y canto,
cuando tus piernas descansan sobre mi
y la mañana trae el perfume fresco
de un nuevo porvenir.

Acaricio tu mirada con tacto sutil,
reposo mis pensamientos
y olvido el final de los días.

Exagerado impulso,
detengo la marcha de mis deseos,
tomo aire y vuelvo a empezar
apareciendo en esa pirámide loca
que cae sobre mi
como la historia misma de los hombres malditos.

Ya sin fuerzas,
se atormentan mis manos
por no saber conquistar el futuro
y, la piel que ambiciono,
se derrite en un instante
y cae sola sin piedad,
sin sentido, sin ti.

Cuando vuelva la noche,
te esperaré en la orilla del mar
y brindaremos por lo que nunca paso.








sábado, 3 de enero de 2015

POEMAS DEL GRUPO DE ESCRITURA TIGRE - DICIEMBRE 2014 - (coordinación

NORBERTO DEMARCO

MUÑECOS

Aquella niña comenta
la vida concreta de muñecos
sin pensar
si son sordos o mudos.
Con los ojos abiertos
                        y brillantes
la reunión es ella,
un charlatán insoportable
del lenguaje habitado. 
Los muñecos van y vienen
para no querer voces deshabitadas
de los adultos.                                                 
                         

CUENTO QUEJOSO

Cuento quejoso.
Fatiga.
Gritos al oído insignificante
inundan,
hasta un ruido denotado
por mirada súbita.
Camino atrapado,
en la propia respuesta.

Márgenes posibles
de la trama,
una sola palabra suficiente,
multiplica la construcción
hacia un encuentro distinto.
Aventura entre los cuentos quejosos
pasan adelante.

Lo escrito no se equivoca.
La vida es imborrable.

      RICARDO GUIMARAYNZ


MEMORIA VERDE

Diluido en el aire.
Devorado en el asfalto.
Perdido en tardes vanas,
en noches que se alargaban
en mañanas ahogadas;
ruidos para tapar los silencios.

Irrumpe para crear desde la nada,
trepada al concreto
respira,
              baila
                       hiere
                                 despierta,
natural como la muerte,
la verdad,
               memoria verde

                                        nos señala.

NADA QUE DECIR

Ninguna palabra
Ni actos
      Ni energías
            Ni fantasmas
                 Ni ilusiones
                    Ni necesidades
                               Ni sueños
Nada que decir
Un silencio prolongado
es la muerte amor, ha llegado.

EDGARDO D'ALVIA

OTRAS QUIMERAS


Tiempo de falsedades, autoengaños,
sordera espiritual, anestesia.
Ídolos con miradas impiadosas
dioses del status parodiando el amor.
El tren de la vida
arrastrando el vagón de cola atiborrado
de soberbios con quimeras de triunfo.
Mercaderes comprando almas sin piedad
mientras en la ausencia suprema
los arcanos infinitos
aumentan el vacío interior.
Tiempos rodeados de fuego fatuo
las entrañas ardiendo
la búsqueda hueca
el encuentro débil
la piel cansada, gastada.
Nos vemos pasar
tratando que nuestras huellas no se borren.
Fuimos cerillos encendidos en la noche,
brillantes y efímeros.
Nuestros dedos quemados no resisten el pasaje,
la herida no cierra después de la caída
porque se le pega la sal.
No nos reconocemos desde los años vividos en Gomorra.
No miremos atrás hermosa mujer bíblica.
Apartemos los temores,
sigamos subiendo por la senda.
Apegarnos al pasado puede ser temible,
vivir hoy anuda la garganta.
No dejemos el sendero hermana,
¡No dejemos el sendero!

 COMO SOMBRA


Estás siempre a mi lado
cada vez más cerca
te siento como parte de mí
pareciera que me liberas,
en realidad me destruyes
¡muerte implacable
me acompañas como sombra!


NORA CÓLIVA


EL MAR INFINITO Y SU BARCAZA FEA


He aquí un mar infinito,
flamea sobre su pecho una barcaza enclenque
torpe intenta navegar la espera.

La marea majestuosa escolta sus velas
por debajo las olas se anudan, se pelean.
Un séquito de espuma lo rodea.

Mira el mar infinito y su barcaza fea.


OSCURO ARRABAL

Es la luz de un farol
reflejada en el charco
del adoquín desparejo.

Tiempo aquel, de taconeo y tango
canturrear de las parejas.

Una mujer se aprieta
en un giro.
Y él, que al bailar la posee
levanta el mentón y finge
con aire displicente…

que habrá otros tangos, otra gente,
otra mina, otro barrio
otro presente.

Mientras su corazón golpea
un compás de afecto permanente.


PATRICIA DIZANZO



 FUI LA MÁS HERMOSA

Fui la más hermosa
y solo tuya, Padre querido,
y forjada en esas palabras
floté en la vida
sin nada ni nadie y a la espera de ninguno.
La bruma se hizo espesa
el sendero angosto
y tu desaparición
cubrió de nieve mis jardines.
Fui la más hermosa
detrás de los helados vidrios
empañados por tu ausencia
y ante la imposibilidad de olvidarte
construí mi vida en las alturas.
Subí a la montaña más alta
y frente a tanta inmensidad
no fui única ni hermosa
solo una flor silvestre más
al costado del camino.
Fui la más hermosa
y sólo tuya
hasta que te fuiste.



 AMANECE LA FURIA

Ojos azotados por la primavera
sumisos y constantes
enfocados en la lejanía
posible de soportar.
Esquivos a la lujuria
a la sed insaciable de las bestias
que reposan al costado del camino
susurrando persistentemente.
Palabras que se repiten
para no escuchar la invitación
al delicioso averno
del que ya no habrá regreso.
Espanto que aparece
rechazando lo deseado
amarrado a las pupilas
sedadas por la ley.
Infeliz inocencia
de aquel que observa la quietud del mar
pensando que en sus profundidades
no amanece la furia.


JORGE MONTIRONI

ESCENARIO PERFECTO


El tenue resplandor de tu mirada
derramando mañana,
no avistó imperfecciones ni derrotas.
Abrió senderos de incalculable belleza
para quienes quisieran volar sin alas.
Un escenario perfecto, donde los sueños
nada supieran del ayer y nada del mañana.

Un constante forjar cada día.

DOCUMENTO DE SAL


Documento de sal en mis labios,
agravan la tragedia de días aciagos.
La luz fue enceguecedora
para un espíritu abierto a la aventura.
Alma torturada por el silencio,
amó los rasgos soleados de los encuentros.
Fue en busca de la pócima
que alegre sus días en la tierra.
Transformó con mil piruetas,
saltos mortales del deseo,
tanta lejanía.

(coordinación LUCIA SERRANO)

DESPUES DE LA MUERTE


En el refugio de la noche
la vida se desplaza levemente
Tan soberbio
tan espectacular era el poema entre las sombras,
que no me alcanzará para escribirlo,
ni la mañana, ni la noche,
ni el resto de mi vida.
Navego como navegaron los grandes navegantes,
a ciegas,
con el pulso detenido por la emoción de cada instante,
oliendo tierra firme en todas direcciones
y así,
otra vez el mar y el profundo cielo permanentemente.
Vientos perfumados
y peces enloquecidos por el hambre, festejan,
la inminencia de un nuevo fracaso.
Nadie ha de morir en ese olvido,
surgen, fortalecidas,
por el odio de seguir buscando,
imprecaciones y blasfemias.
Capitán del hastío,
siempre buscando tierra firme,
siempre encontrando abiertos mares y perfumes,
cerrados océanos.
Con la soberbia de un hombre encadenado
y libre,
un día terminaré gritando entre tus brazos:
yo maté a Dios, quiero la recompensa
y, seguramente, alguien me dará 30 dineros
y mi locura seguirá avanzando sobre todo.
Viene del sur, dirán, es un desaforado.
Anguila escurridiza y voraz,
eléctrico perfume entre las piedras,
palabra desmedida, es el poeta.
Vengo para que conmigo muera lo último.
Más allá de la nada comienza mi camino.
Un hombre es a otro hombre, su poeta y el Otro.
Olímpico destino y, a la vez,
embalsamada furia detenida.
Contraste primordial entre mi ser y el mundo.
Un hombre es a otro hombre, su mirada y el cielo.
Paloma mensajera y, a la vez,
nostálgico asesino entre las sombras.
Entrecortado canto poblado de silencios.
Un hombre es a otro hombre, la muerte y su milagro.
Intento arrancar la venda de mis ojos,
doy duros golpes en el propio centro del timón,
para desviar el rumbo y no consigo nada.
Fumo cigarros y bebo alcoholes fuertes.
Dibujo entre los ojos de la mujer que amo,
la posibilidad de un nuevo recorrido,
y frente a esa mirada maravillada por mi terror
rompo el sextante y la pequeña brújula marina,
y en el corazón pleno de la niebla
-en el comienzo de este nuevo final-
arrojo como si fueran desperdicios
mis últimos recuerdos al mar
y beso tus labios.
Tierra firme
y nuestro barco se retuerce entre las olas,
movimientos desesperados a punto de naufragar,
son el movimiento de nuestros cuerpos.
Babas y leches
se confunden con el torrente de aguas marítimas
y algas
y brillantes moluscos como perlas,
sacrificados a un dios.
Mar abierto
y nuestro barco encalla
en los afiebrados latidos de tu corazón,
tambor entre los leves murmullos de la selva.
Indómito
-salvaje anidando en la maleza-,
arranco tu sexo de la tierra, violines de la música,
movimientos como puñales clavándose en el cielo.
Antes de comenzar mi nuevo camino,
trato de señalizar el punto de partida.
Arranco desde donde el hombre se debate,
en los brazos sangrantes de la nada.
Yo soy ese hombre,
mordido por la vida humana a traición,
enajenado en el entontecido ritmo del reloj,
enloquecido por el palpitante ruido de las máquinas,
ensombrecido por la lujuria de los dioses asesinos
-hombres solitarios y, también, hombres habitados-,
y, sin embargo, doy mi primer paso.
Pequeño paso,
no emprendo veloz carrera hacia las tinieblas,
porque soy un hombre atemorizado,
que ya no sabe si su próximo paso
será marca o nivel de otros pasos humanos
o el callejón sin salida de su muerte.
En los pasos siguientes me desorienta
ver mi nombre en el nombre de las calles,
indicando la dirección deseada.
Brutal encuentro conmigo mismo y sigo andando,
porque seguir andando hacia otro descubrimiento cada vez,
después de los primeros pasos se hace costumbre.
Y, sin embargo, uno también se dice: aquí me detendré.
Detrás de mí, sólo montañas,
y sembraré esa tierra,
y atraeré con mi canto el agua de la lluvia
para que todo florezca y se reproduzca
y lo femenino sea ley del amor,
manzana delirante sin pecado,
y en ese paraíso viviré, tranquilamente, un tiempo.
Después algún humano habitante de la nada de Dios
intentará colonizarme y tampoco habrá guerra.
Cuando se sequen las flores,
cuando se pudran definitivamente los frutos,
porque ya no hay amor en su cuidado,
daré otro paso más,
pequeño paso conmovido como aquel primer paso,
y así, seguramente, veré distintos horizontes,
y así, seguramente, un día, moriré caminando
y nada pasará,
porque los violentos perfumes de mi cuerpo,
cuando camino, son mis propias palabras
y así, veo mi nombre volando en ese olor alucinado,
más allá de mi muerte,
caminando.
Miguel Oscar Menassa
De "El amor existe y la libertad"