POEMAS DEL GRUPO DE ESCRITURA TIGRE

ESCENA INCOGNOSCIBLE


Hasta que este espacio absurdo
se convierta en silencio
y el vacío sea un cántaro
que embriaga las distancias
la dureza del verbo,
insaciable rostro,
juegue imprevisible
multiplicando alientos
de los resplandores.

Hojarasca del tiempo
hasta entonces la vida,
antiguas cicatrices,
marcas temidas por la aurora,
huellas profanando al deseo.

Escena incognoscible,
sepultas los milagros,
y atolondrada, ríes.

Lucía Serrano



ESCENA FINAL

Son bellos los aromas
de este jardín,
el otoño muestra
la desnudez de sus hijas,
las plantas más altas,
las más bellas flores,
el verdor de las hojas,
cuerpo cayendo.

El jardín espera
los sueños del verano,
la emoción primigenia,
la certeza del péndulo,
instantes
donde crece el río
para mojar las costas
que esperan las tierras,
los pastos,
los hombres,
que viven en cubierta.

Escena final,
tú vigilas, atenta.

Lucía Serrano


DESNUDA OCASIÓN


La diabólica invasión cruzada,
de caminos antiguos y gastados
sigue la ejecución.
Mísera huida indiferente sin fin.
Desnuda ocasión
de abrazar la unión,
ante ansiedades y cristales rotos
derramando letras sin olvido.
Esculpo la escritura,
para evocar los recuerdos.


Norberto Demarco


QUE SU ROSAL NO MUERA NUNCA


Sensibles silencios
inventaron el color.
Amalgamas de lo vivido,
urdimbre de ideas
sosteniendo el futuro humano.
Odios y amores de este mundo
vieron pasar durante milenios
rosas multicolores en tumbas y festejos,
ilusiones nuevas frente a fuerzas espectrales.
Que su rosal no muera nunca.


Norberto Demarco


HAY

Hay abrazos que te parten los huesos
dibujados de bondad,
clavan una estocada certera.
Implacables, con un doble juego,
sin intención clara pero siempre artera.

Rosas que tomar o dejar.
Belleza y espinas.
Llegando siempre a uno,
floreándose para ser deseadas
y nada más.

Marchitas y sin calor
las encuentra la verdad,
las desnuda en algún momento,
nada son por que nada han dado.
Hubo sueños de amor en los que he viajado.


Ricardo Darío Guimaraynz


SIEMPRE ESTOY VOLVIENDO


Criado a la vieja usanza,
vivo acorde a mi edad,
visto acorde a ella.
Cuido mis acciones,
mis movimientos,
y las palabras.
Soy lo que se podría decir un ser prolijo.
Oculto mis pasiones,
disfrazo mis instintos,
controlo mis deseos.
Sí. Soy el espectro gris más amplio.
¿Dejo por esto de ser un hombre?
Igual que millones no solo muero a cada instante.
Más bien busco la muerte,
con la suficiente educación,
con el grado tal de cobardía,
que huyo o pretendo ignorar
cualquier aroma que me recuerde a la vida.
Fumo un par de atados de cigarrillos al día,
aún que ahora sea condenado.
Como decía, fui criado a la vieja usanza.
Sí padre, siempre estoy volviendo a ti.


Ricardo Darío Guimaraynz


TE AMO



No puedo soportar
tu mirada apartada
lejos de las ganas de vivir,
con la sonrisa congelada
frente a los designios infames,
corriendo sin freno en la vorágine.

Espíritu cantor,
te escucho y me conmuevo
cuando hablas de la muerte
resignada, en medio de la
lucha cotidiana, limitando
el placer, esperando el
milagro en las tinieblas.

Aquí juntos en el confín de la
decepción, para que nadie
se equivoque te digo:
Así es, te amo.



Edgardo D´Alvia



¡CHE VIDA!



¡Che vida no invites
sólo café!
Convídanos al banquete de existir,
me niego a la derrota o la desazón.
¿No sos hermosa, buena,
como dicen?
Hay tantas esperanzas,
no quiero perderte vida.
Quiero seguir hasta que
el cuerpo aguante.
Si no hay banquete
que importa.
Un poco más,
una semana, un minuto
¿Qué nos queda sin ti,
el río profundo de Caronte
con su barca?
Poco como referencia,
querida vida.
Mejor sigamos contigo,
bienhechora, perversa o tacaña
ya encontraremos formas
de disfrutarte caminando
tu sinuoso sendero.
Traguemos los antioxidantes,
vacunémonos contra los virus,
afirmemos con ardor el deseo.
Continuemos la ronda mientras la orquesta
sigue tocando al borde de la cornisa
que tú representas,
¡Che vida!

Edgardo D’alvia



NOS MIRA LA MISERIA


No es la pequeña mano
extendida en súplica
lo que lastima.

No es su ropa inadecuada
al clima lo que hiere.

Ni su corta edad
ni el silencio detrás de las ojeras.

Ni la mudez
instalada en sus pupilas.

El verdadero insulto
es que la miseria nos mira.

Nora Cóliva



HERMOSA APARIENCIA



Ni un gesto de más,
largas piernas,
nada que delate su emoción, su pena.

Cortaba el aire en las pasarelas.

Calles, cruces, semáforos y venas.
todo lo posible de costado,
gemidos de alcantarilla
para la sordera.

Comisuras endurecidas,
sonrisa de muñeca,
llovizna que corre el rimel
a modo de llanto,
hermosa apariencia.



Nora Cóliva


NEGARÍA LA MUERTE

Si se tratara de conversar
largamente por las noches,
curvando el ánimo caído,
entregándonos al vertiginoso
sueño de los pájaros,
su libertad misma,
arrastraría incertidumbres
labrando de palabras el abismo,
treparía por las letras
entre fríos aspides refugiados
en el calor de nuestro amor enamorado.
Si se tratara de iluminar
sombras del olvido,
arrasar refugios deprimentes
indignantes del destino,
para encontrarme siempre contigo,
negaría la muerte.
Forjaría las palabras del poema infinito.

Jorge Montironi



DUEÑA DE LA ESPERA

Dueña de la espera,
devora sueños imposibles.
Estímulo inquietante de mal vivientes,
está siempre ausente de las masacres
justificadas por expertos necios
que la ocultan.
Impiadosa mariposa de un día,
eres el elixir futuro de los tiempos.
Cuando los peregrinos pregunten
por tus palabras
ellas siempre habrán de responderles
acerca del camino.
Sigiloso destello,
ardid de la vida frente a la muerte.
No habrá futuro sin tu presencia POESÍA.


Jorge Montironi