martes, 3 de marzo de 2015

Joaquín Sabina
(Benditos Malditos)


Benditas sean las bajas pasiones
que no se rajan cuando pintan sables;
los labios que aprovechan los rincones
más olvidados, más inolvidables.

Bendito sea el libro de la calle,
los viejecitos verdes con petaca;
las medias con costura, que detalle,
los quitapenas que dejan resaca.

Las marujitas que pierden al bingo,
los descendientes de los animales,
los miércoles con ropa de domingo.
Los adustos, los Dandis insolventes,
los justos que parecen subnormales,
los iguales a mí; los diferentes.

Malditos sean los bobos con medalla,
los probos ciudadanos,
los chivatos, los candidatos,
-¡cierra la muralla!-,
los ascetas a dieta de tres platos.

Los ungidos, los líderes en serie,
los que tiran penaltis de cabeza;
los que ignoran la voz de la intemperie,
los que adoran al dios de la certeza.

Malditas sean las muertes naturales,
los que besan a plazos mensuales
y se confiesan en cuatricromía.

JOAQUÍN SABINA
(de su libro "Ciento volando de catorce"

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